Se dice que todos tenemos una contraparte. Nada más real se da en este tomo de la JLA y el multiverso - no tanto - presentado por DC Comics.
Luego de "Crisis en Tierras Infinitas", aquel épico número aquí reseñado donde Wolfman y Pérez se encargaron de unificar en gran medida la miríada de tierras existentes hasta entonces, Tierra 2 fue de las pocas sobrevivientes. Esta Tierra que nos presenta las versiones opuestas de los héroes más grandes de este plano existencial. Así es que Superman tiene su opuesto en Ultraman, la Mujer Maravilla en Superwoman, Batman en Owlman, y lo propio pasa con Green Lantern que tiene su contracara en Power Ring o Flash en Johnny Quick. En esta Tierra, una donde la tiranía prevalece, el despotismo a manos de El Sindicato del Crimen (liderado por estas versiones "negativas" de los héroes que nombraba antes) es el régimen a ceñirse, es también el hogar del único héroe de la resistencia, uno impensado hasta ahora: Lex Luthor.
Éste, desesperado y sin saber a quién recurrir, llega a nuestra Tierra en busca de ayuda, una que la JLA proveerá.
El escocés Grant Morrison (Doom Patrol, The Invisibles) reinterpreta una Liga de la Justicia con sentido de unidad como pocas veces se vio, por lo cual hay que aplaudirlo, aunque sin lugar a dudas, en este número en particular destaca lo que ha hecho con el Sindicato, mostrando las bajezas morales tan propias de nuestra realidad, demostrando que el que tiene el poder gobierna, y jugando con un sentido de perversidad y voyeurismo - en la tríada amorosa de Ultraman, Superwoman y Owlman - realmente disfrutable.
El arte de su coterráneo Frank Quitely (All-Star Superman, New X-Men) está a la altura, con un estilo que recuerda a la época plateada de los comics, y con el trabajo de "espejo" que puede apreciarse tanto en tapa como contratapa digno de póster.
Este arco argumental, que se sustenta en sí mismo, tiene un mensaje muy claro al final: el bien triunfa donde se supone debe triunfar. Y además, es una historia muy recomendable.
Luego de "Crisis en Tierras Infinitas", aquel épico número aquí reseñado donde Wolfman y Pérez se encargaron de unificar en gran medida la miríada de tierras existentes hasta entonces, Tierra 2 fue de las pocas sobrevivientes. Esta Tierra que nos presenta las versiones opuestas de los héroes más grandes de este plano existencial. Así es que Superman tiene su opuesto en Ultraman, la Mujer Maravilla en Superwoman, Batman en Owlman, y lo propio pasa con Green Lantern que tiene su contracara en Power Ring o Flash en Johnny Quick. En esta Tierra, una donde la tiranía prevalece, el despotismo a manos de El Sindicato del Crimen (liderado por estas versiones "negativas" de los héroes que nombraba antes) es el régimen a ceñirse, es también el hogar del único héroe de la resistencia, uno impensado hasta ahora: Lex Luthor.
Éste, desesperado y sin saber a quién recurrir, llega a nuestra Tierra en busca de ayuda, una que la JLA proveerá.
El escocés Grant Morrison (Doom Patrol, The Invisibles) reinterpreta una Liga de la Justicia con sentido de unidad como pocas veces se vio, por lo cual hay que aplaudirlo, aunque sin lugar a dudas, en este número en particular destaca lo que ha hecho con el Sindicato, mostrando las bajezas morales tan propias de nuestra realidad, demostrando que el que tiene el poder gobierna, y jugando con un sentido de perversidad y voyeurismo - en la tríada amorosa de Ultraman, Superwoman y Owlman - realmente disfrutable.
El arte de su coterráneo Frank Quitely (All-Star Superman, New X-Men) está a la altura, con un estilo que recuerda a la época plateada de los comics, y con el trabajo de "espejo" que puede apreciarse tanto en tapa como contratapa digno de póster.
Este arco argumental, que se sustenta en sí mismo, tiene un mensaje muy claro al final: el bien triunfa donde se supone debe triunfar. Y además, es una historia muy recomendable.
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