Marcado por una naturaleza animal, una longevidad extrema, unas experiencias únicas en la vida, un sentido de supervivencia superlativo, y ni que decir, garras y esqueleto de adamantium, Wolverine (Logan) es el típico individuo que nunca querrías tener enfrente. Muchas veces tratando de controlar su lado más salvaje, a veces este lado es el que triunfa, si bien su compás moral siempre apunta al norte. Y si hay una cruzada a la que no le rehúye es a la de dar caza a alguien que ha dañado a un inocente.
Mystique, esa mutante de piel azul capaz de cambiar de forma a voluntad y convertirse en la persona de al lado si así lo desea; manipuladora y astuta, independiente y calculadora - además de experta combatiente - ha traicionado a los X-Men, infiltrándose, robando documentos valiosos, e incluso siendo la responsable de muertes cercanas a Logan. Luego del "Dia M", donde el 99% de los mutantes perdieron sus poderes, sólo un nuevo mutante ha nacido, uno que es codiciado por todos y al que Wolverine y el resto de los X-Men tratan de proteger. Uno al que Mystique ya le ha puesto las "garras", por suerte sin consecuencias mortales. Ése es otro de los motivos por el que Logan emprende esta cacería.
Con guion de Jason Aaron ("Thor", "Avengers", "Star Wars", "Doctor Strange") y el arte de Ron Garney ("Brzrkr", "Capitán América"), esta miniserie de 4 números tiene una premisa muy, muy simple: la caza de Mystique por parte de Wolverine. Aaron nos lleva en las primeras páginas desde el desierto de Sonora en 1921 - donde Logan y Raven (pues así es el verdadero nombre de Mystique) - se conocen, a las montañas Safed Koh en Afganistán en el presente, donde la persecución parece comenzar. De allí en más, Aaron nos dará pinceladas de la relación entre ambos y de cómo devino a la cacería presentada al día de hoy, cacería que cuenta con la venia del propio líder de los X-Men, Cíclope.
Pero, si bien la idea conceptual de la cacería es una idea muy básica, la historia toca temas que hacen que ésta no sea una cacería más. Además de la venganza y la justicia personal, algo siempre difuso para un personaje como Wolverine, la búsqueda de redención también está presente. Sí, me dirás que también es un tema común a casi todos los comics modernos de Wolverine y te diré que estás en lo cierto. La complejidad de la traición a la confianza depositada en un viejo conocido es otro tema que se hace patente, ya que a lo largo de los números podemos ver cómo el dolor por dicha traición juega un papel crucial en el modo en que Wolverine encara la caza de su antigua amiga.
Sin embargo Aaron no se limita a esto. La ambigüedad de la moralidad (lo que para mí está bien de acuerdo con mis experiencias y mi interpretación de las mismas), y el sentido de la propia identidad (en el caso de Mystique desdibujada muchas veces a causa de sus múltiples transformaciones, y en el caso de Logan por todo lo que ha vivido y hecho) son temas importantes que quizás en una lectura rápida se pase por alto.
El arte de Garney es dinámico, con grandes dosis de violencia, transiciones que ayudan a una muy fluida narrativa, y gran expresividad en los personajes, tanto a nivel físico como a nivel facial, siendo los colores de Edgar Delgado el complemento ideal para una historia llena de acción.
"Wolverine: La Caza de Mystique" es de esos comics que te lees de un tirón y en los que el tiempo se te pasa volando. Altamente recomendable.
FICHA TÉCNICA
EDITORIAL: MARVEL COMICS
AÑO: 2009
#DE PÁGINAS: 96
GUION: JASON AARON
ARTE: RON GARNEY
COLOR: EDGAR DELGADO