Por mucho años Batman fue un justiciero solitario amparado en la oscuridad. Consciente de que su trabajo era peligroso, era reacio a tener un compañero junto a él. En "Robin Año Uno" (al igual que "Batgirl Año Uno" de la mano del equipo creativo de Chuck Dixon y Scott Beatty, aquí reseñado) se buscó ver las implicancias emocionales que supondría que "el Caballero de la Noche" tuviera a un joven aprendiz consigo. El "encapuchado" ahora se enfrentará a una situación similar cuando la joven Bárbara Gordon (hija del Jefe de Policía de Gotham) quiera enfundarse en un traje y volverse una vigilante.
Bárbara es una chica enérgica y muy lista, y una que quiere tomar un rol más activo en su lucha contra el crimen. Su padre, como es de esperar, se niega a que ella integre las fuerzas policíacas a menos que sea detrás de un escritorio, ya que a Bárbara se le da muy bien la tecnología. Ridiculizada por su tamaño (e indirectamente por el hecho de ser mujer), la joven Gordon decide demostrarle al mundo cuán errado está, y enfundada en un traje símil Batman (traje que ella en parte desprecia), decide hacer su primera aparición pública en una mascarada que es violentada por el criminal Polilla Asesina. Batgirl y Polilla Asesina tienen algo en común, aunque no lo parezca: ambos son menospreciados por sus pares, y ambos intentarán demostrar (y demostrarse) lo que son capaces de hacer.
En su afán de contar con el apoyo de alguien más experiente, y con conocimiento de causa, Bárbara intentará contactarse con Canario Negro, y para ello no encontrará mejor forma que infiltrarse en los cuarteles de la Sociedad de la Justicia. Esto evidentemente llamará la atención de algunos miembros de la JSA, así como también la del dúo dinámico. Polilla Asesina, por su parte, no permanecerá impávido viendo como su negocio (y la poca reputación que le queda) se va por el caño; por eso es que buscará un socio en Luciérnaga, un socio que muestra no tener los pruritos que tiene la Polilla.
"Batgirl Año 1" se centrará en la sobreprotección del Jefe Gordon para con su hija, la rebeldía de ésta por seguir su camino a pesar de las piedras que haya en él, el mantener su vida secreta alejada de su padre, y el de ir ganando confianza en sus habilidades, con Batman & Robin como testigos secretos.
Las historias contadas en este volumen por Dixon & Beatty son ágiles narrativamente, atrapantes, y nos cuentan un origen de Batgirl perfectamente plausible, y en consonancia con otras versiones. No hay sobreabundancia de texto, y uno logra rápidamente ponerse en la piel del personaje. Si bien no es un arco extraordinario en el que uno queda reflexionando luego de ser leído (ni pasará a los anales del comic como "la" historia), cumple muy bien en ilustrar un personaje que empieza bien desde abajo, de los retos a que éste se enfrenta, y los obstáculos que debe superar. Y te deja con ganas de seguir leyendo, que no es poca cosa. En cuanto al arte de Martin, éste es limpio, con los elementos necesarios por viñeta - lo que suma a la agilidad narrativa -, y con un dejo a los años 30 llevado a la modernidad. Hay un buen trabajo en colores por parte de Javier Rodríguez, manteniéndose las tintas en algo más simple de la mano de Álvaro López.
Una buena entrada para un personaje que supo ser popular en su momento.
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FICHA TÉCNICA
EDITORIAL: DC COMICS
AÑO: 2003
# DE PÁGINAS: 224
GUIÓN: SCOTT BEATTY / CHUCH DIXON
DIBUJO: MARCOS MARTÍN
TINTA: ÁLVARO LÓPEZ
COLOR: JAVIER RODRÍGUEZ
