LEX LUTHOR: HOMBRE DE ACERO

La combinación Azzarello / Bermejo es garantía de éxito, pero también es garantía de que la trama te va a presentar interrogantes interesantes y brindar una cara distinta del personaje de turno. Así como lo hicieran con "Joker", donde contaran parte de la historia de éste desde el punto de vista de un secuaz, la serie "Lex Luthor: Man of Steel" nos brinda una mirada íntima de quien conocemos como el rival número 1 del oriundo de Krypton, una con luces y sombras, con aciertos y errores, una de un hombre que acostumbrado a no tener techo se encuentra con un alienígena al que todo el mundo idolatra, pero al que él ve como una amenaza.

Al principio de esta serie de 5 números, Brian Azzarello nos presenta una historia contada en primera persona por el mismísimo Luthor; una donde un Lex de mediana edad ha conseguido casi todo lo que un hombre pueda conseguir, por su ingenio, su carisma y por su modo de ser. Este Luthor es en general amado por quienes le conocen, deseado por mujeres irresistibles, y temido por sus enemigos.

Luthor vive en un mundo donde Batman y Superman son personajes peligrosos y poco confiables. Su principal temor es éste último: un ser de otro planeta con poderes inimaginables, encargado de defender su mundo adoptivo...hasta que se canse? Luthor cree que dejar en manos de un ser tal tamaña responsabilidad, librados a que éste un buen día no cambie de opinión es demasiado riesgo, y es por eso que tiene un pequeño proyecto entre manos: Hope. 

Hope (Esperanza) es lo que Lex pretende darle a su Metropolis natal, esa que tanto lo admira y a la que él tanto quiere. Esta "esperanza" viene en formato superheroína, un producto de Lex Corp y Wayne Industries. Lex tiene en mente que Hope capte el gusto de las masas y que en corto plazo sustituya a Superman, y que se convierta en el héroe que la ciudad necesita: uno controlado por él.

Para ello, Luthor utilizará todos los medios posibles, dejando progresivamente entrever que no es el gran hombre que se nos muestra en las primeras páginas, sino que detrás se encuentra un hombre temeroso y envidioso.

Azarello obra maravillas en llevarnos del magnánimo humano que Luthor cree ser al descubrimiento - ya sabido por parte del ávido lector de cómics - del sociópata egolatra que en verdad es: alguien que cree que el fin justifica los medios por más crueles que sean. Por su parte, el arte de Bermejo y los colores de Dave Stewart nos llevan a ese lugar oscuro, severo y adusto necesario para meternos de lleno en la psiquis del calvo villano.

Una obra que resulta imperdible, y en la que por momentos, los planteos hechos por Luthor no hacen más que reflejar pensamientos que son perfectamente lógicos y que generan preguntas para las que no tenemos respuestas.

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